En medio de la crisis por problemas en proyectos como Avión de pasajeros 737 MAX y el avión cisterna KC-46 Pegasus, Boeing anunció el 26/04 la compra de la fábrica de GKN Aerospace, proveedor de componentes para sus aviones de combate. La empresa, que produce piezas para los modelos F-15 y F/A-18, amenazaba con cerrar.
GKN, que había comprado la planta de Hazelwood (Misuri) a la propia Boeing en 2001, ya había anunciado desde el año pasado que desactivaría las instalaciones y despediría a unos 700 empleados. El cierre de la fábrica tendría un impacto directo en las líneas de producción de Cazas F-15EX Eagle II y el F/A-18E/F Super Hornet y el avión de ataque electrónico EA-18G Growler. GKN es responsable de producir superplásticos y superficies de control de vuelo para estos aviones.
Con la compra de la fábrica, Boeing garantiza el flujo de la cadena de suministro de sus aviones de combate, además de mantener los puestos de trabajo de toda la plantilla de la compañía, compuesta por aproximadamente 550 empleados experimentados.
“Boeing está creciendo en toda la región con una buena cartera de programas actuales mientras busca oportunidades futuras”, dijo Steve Parker, vicepresidente senior y director de operaciones de Boeing Defence, Space & Security. “Este acuerdo nos permite no sólo servir a nuestros clientes, sino que también brinda a la fuerza laboral altamente calificada de GKN la oportunidad de utilizar sus inmensos talentos en apoyo de la industria militar y aeroespacial y de defensa. Esta es una situación beneficiosa para estos empleados, para Boeing y para la comunidad de St. Louis en general”.
GKN, por su parte, afirmó en pequeña nota que el acuerdo firmado entre las empresas "garantiza el futuro de las instalaciones para los empleados” y todavía quiero "A todos en St. Louis, mucho éxito para el futuro".
La medida de Boeing llega en un momento crítico, cuando la mayor compañía aeronáutica de Estados Unidos se ha enfrentado a importantes pérdidas, ya sea en programas de defensa o de aviones comerciales, además de enormes críticas públicas e investigaciones por accidentes con el 737 MAX.
Con la compra de las instalaciones a GKN, Boeing se asegura un centro vital para la producción de sus aviones de combate y refuerza su posición buscando oportunidades de negocios internacionales, como el posible acuerdo de miles de millones de dólares con Israel para aviones F-15EX.